martes, 29 de noviembre de 2011

mosaics. 2011. 30 x 30 . cm. each

3 comentarios:

  1. My work shows an attempt to link communication, body language and expression in order to explore the relationships between people who are in apparent isolation throughout their daily lives.
    Drawing represents a very important part of my work, although I make use of varied media –drawing, watercolours, oil, and acrylic. I use drypoint and linocut printmaking techniques to create original artwork, as these two media develop very quickly and produce an excellent result, as well as adding a very expressive line to my creative work.

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  2. TESELAS.



    Un día la pleamar no se detuvo. Bajo un cielo cegador, bajo una luz como de relámpago, el viento empujó las olas tierra adentro. Unas horas bastaron para que las aguas inundaran treinta o cuarenta kilómetros hacia el interior de los campos. Ciudades y sus muertos descendieron hacia una profundidad oscura y limosa.
    Luego, durante cientos de años otra vez la calma. Y aún después un otro día…( los días eran entonces invariablemente grises y nebulosos) , con sigilo, sin tremor ni violencia, poco a poco , el mar se fue retirando. A su paso dejaba ciénagas, lodo, pocos restos tangibles de lo que un día había engullido.
    Así fueron surgiendo algunos restos de la Segunda Antigüedad. Minúsculas piedras de silicio. Artefactos cubiertos de algas parduscas. Nada . En la Segunda Antigüedad, ya se sabe, todo era excesivamente efímero.
    Los buscadores chapotean por el fango. En algunos Museos se conservan y muestran aquellos pequeños aparatos de los que la humanidad de entonces creía no poder prescindir. Ruinas de plásticos auténticos de finales del S. XX, algunos datados también en el primer tercio del XXI. Baratijas.
    Un grupo de arqueólogos llega en una ocasión a lo que tuvo que haber sido un conjunto de villas de recreo…¿Cómo se llamaban entonces…?..¿Urbanizaciones…?. Se encuentra muy cerca de lo que en su día fue la línea de costa. Al retirar el fango y la maleza podrida descubren algo inusual… ¿teselas…?. Uno de ellos argumenta que el trabajo artístico que las empleaba para hacer mosaicos, no era verdaderamente usual en aquella época. Se interesan por el sitio. Proceden a una excavación, o mejor dicho a una retirada del limo, de manera más concienzuda. Documentan los cimientos de una gran construcción, una especie de centro de mercados. Allí, entonces aparecen los pequeños mosaicos que ahora se exponen.
    Estan formados por grandes teselas. Frotándolas solo un poco con un trapo y disolvente ligero, vuelven a brillar como cuando tuvieron que ser fabricadas. Alguien entonces, el artista que los hizo, quiso realmente que su obra le sobreviviera, que perdurara en el tiempo más que moverse en el espacio. Está documentado una suerte de axioma que hicieron propio algunos de los anónimos grandes creadores de aquella época tan cosmopolita, en el sentido que preferían ver sus efímeros logros en continuo movimiento de un continente a otro, que hacerlos de forma que perduraran y viajaran a través del tiempo hacia su futuro, es decir nuestro presente.
    Quien hizo estos pequeños mosaicos quiso que nosotros, ahora, pudiésemos verlos.
    ¿Qué vemos…?. Soledad. Así es. Personas solitarias sobre un fondo neutro. A veces aparecen dos o más figuras. Pero siguen siendo solitarios que coinciden al azar. No parece que entre ellos se establezca alguna comunicación. Van ensimismados. Uno de ello lee lo que entonces se llamaba un periódico: conjunto de noticias impresas en papel. Otros llevan aquella especie de saco o bolsa que se colgaba a la espalda. O bien arrastran un carrito con dos ruedas. Seguramente útiles para salvar sus pertenencias, para trasladar los objetos comestibles con los que se alimentaban, solos, en los populosos enjambres, llenos de promesas, ruidos y amenazas…..Bueno…en eso la vida aquí no ha cambiado mucho..
    Las teselas son los fragmentos de aquellas vidas. Pedazos de vidas que alguien quiso rescatar de la nada. Seguramente algo importante quería decirnos. De lo contrario no se hubiera tomado tanto trabajo. Ya se ve…entre los basureros que nos ha regalado la Segunda Antigüedad, de cuando en cuando aparecen restos de auténtica importancia. Por ello está bien que se aprecien ahora.
    Cabe preguntarse, pero esto ya no es más que literatura, quien seria el hombre que lee el “periódico”. ¿Buscaba compañía…?. ¿Estaba complacido o enfadado según lo que leía..?. ¿Quien era? ¿Quién causó su muerte? Las multitudes siempre son fragmentos, teselas, de gente sola.


    MANUEL CABALLERO.
    Insula de León.
    30.1.12.

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  3. Jose Maria Ruiz



    Viajeros

    Del joven que vuelve a casa y descubre una ciudad que no reconoce su larga ausencia, al recién llegado que se detiene a consultar un mapa mientras busca quedarse en un lugar extraño y nuevo o a quienes esperan con la mente en blanco o conversando, cada personaje de la serie Viajeros contiene de forma milagrosa en sí mismo todo un mundo. Algunos agradecerían un abrazo o incluso las palabras de alguien desconocido preguntándoles por la entrada de metro, o el autobús, más próximos, pero todos comparten el aturdimiento del final del viaje o del momento de la espera. En su nueva obra, Roman Lokati delimita unas vidas delicadas y únicas llenas de deseos no expresados e inconscientes, de personas que, con frecuencia de forma intencionada, se ven a la deriva desorientadas por sus propios pensamientos.

    A estos viajeros en el espacio, el formato en mosaico ayuda a trasladarlos también en el tiempo. Las teselas utilizadas como medio poco común en el retrato contemporáneo hacen que el mosaico abandone su papel característico de las excavaciones clásicas o de elemento puramente decorativo en terrazas y jardines para transmitir instantáneas capturadas del mundo actual. Con el paso del tiempo, quizás recuperen estas imágenes esa misma función de registro histórico, en el que la perdurabilidad de la piedra o el cristal sea el resto arqueológico de lo que está ocurriendo en nuestra época, en estos retratos de personas solas, abandonadas a la suerte –a la buena suerte– de quien llega a un lugar con la mente abierta y se ve rodeado de todo un mundo de sensaciones, las de la partida, las de la llegada y las del viaje interior.

    José María Ruiz, The Highgate Group

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